La OCDE establece que el umbral de salarios bajos se sitúa en dos tercios del salario mediano nacional de cada país. Estas variaciones van acompañadas del mantenimiento de las pensiones, el SMI y el salario de los empleados públicos, según ha decidido el Gobierno en funciones a la espera de la investidura y de constituir un nuevo Ejecutivo con plenas funciones.